Se denomina verruga plantar a una tumoración benigna y circunscrita de la piel, altamente vascularizada, que puede presentarse en forma aislada o múltiple. Con apariencia de coliflor y con presencia de puntos negros en su zona central. Pueden ser dolorosos (según tamaño y localización), crecen hacia el interior de la piel y suelen recubrirse con una piel más dura (hiperquerotosis). Suelen contagiarse en duchas, playas o piscinas mayoritariamente.
Vamos a explicar en qué consiste básicamente una cirugía de verrugas plantares y siempre recordando que este no es un tratamiento de elección. Se suele utilizar mayoritariamente en casos en que las verrugas no han respondido de forma positiva a otro tipo de tratamientos de 1ª elección mucho más conservadores.
El agente causante es el virus del papiloma humano. Previamente, es importante realizar antes de la fecha quirúrgica unas plantillas con descargas de la zona infectada para uso postquirúrgico siempre y cuando, las verrugas estén localizadas en zonas de carga del pie. Tras solicitar una analítica completa preoperatoria y recomendar la profilaxis antitetánica, procedemos a la intervención quirúrgica.
En primer lugar, deslaminamos la hiperqueratosis que recubre la verruga, hasta visualizar el contorno de éste y lavamos ampliamente la zona a intervenir con una solución jabonosa. Aseptizamos la zona con iodo povidona y anestesiamos localmente con mepivacaina al 2% sin vasoconstrictor, efectuando tres punciones justos al lado de la verruga, dirigiéndolos hacia la base de la verruga. Inyectamos en total tres centímetros de anestesia, con lo cual conseguimos que el repartimiento de la misma sea uniforme. Hacemos un ligero masaje con una gasa para distribuir el anestésico. Transcurridos unos minutos para que la anestesia sea efectiva, procedemos a la exéresis de las verrugas mediante una incisión con bisturí a dos milímetros aproximadamente de su contorno y extirpamos la verruga totalmente encapsulada. A continuación procedemos a legrar toda la cavidad formada, con una cucharilla de Jansen. La hemostasia la obtenemos por presión directa por debajo de la verruga. Una vez legrada la verruga vírica dejamos que sangre unos instantes para asegurar el arrastre y eliminado de posibles células víricas. Seguidamente, limpiamos con suero fisiológico a presión el interior de la oquedad. Aplicamos finalmente Povidona yodada en pomada y realizamos vendaje semicompresivo.
Recomendamos al paciente una serie de cuidados durante su convalecencia inmediata:
- Analgesia vía oral si precisa.
- Reposo relativo durante 48 horas.
- Extremidad en posición elevada.
- No acercarse a fuentes de calor.
A las 48 horas hacemos la primera cura eliminando los esfacelos con bisturí y limpiando con suero fisiológico a presión. Aplicamos pomada enzimática, protegida con un pequeño apósito, ya que la descarga la realizamos con el soporte plantar anteriormente confeccionado.