La elefantiasis es un síndrome que cursa principalmente con la hipertrofia de las extremidades inferiores y órganos genitales externos. Tiene su etiología en enfermedades inflamatorias repetitivas que cursan con la obstrucción de los vasos linfáticos y de forma muy específica en infecciones parasitarias del tipo filaria.
La elefantiasis es una enfermedad dérmica tropical, provocada por parásitos del tipo Wuchereria bancrofti. El medio de transmisión es debido a la picadura de algunos tipos de mosquito provocando deformaciones importantes, dolor por reacción del organismo frente a los alérgenos y discapacidad permanente.
Se caracteriza por inflamación de los vasos linfáticos, ganglios y piel debido a infecciones bacterianas por fallo del sistema inmunitario como consecuencia del trastorno linfático. La elefantiasis presenta una piel dura que recuerda al elefante (de ahí su nombre) y causa también malformaciones óseas. El diagnóstico se basa en la biopsia del ganglio linfático y el examen microscópico.
Los tratamientos actuales van dirigidos a la desinfección de las zonas con presencia de larvas de mosquito y la extirpación del tejido infectado en casos graves, tratamientos antibióticos, vendajes compresivos para disminuir el edema, así como tratamientos médicos antiparasitarios a nivel sanguíneo.
Existen otras formas de elefantiasis no parasitarias conocidas como “podoconiosis” o “nonfilarial” que tienen su origen en el contacto con terrenos arcillosos o poseedores de materiales alcalinos.
Los linfedemas crónicos y progresivos pueden provocar aumento de volumen y fibrosis dando como resultado una elefantiasis.