La artropatía neuropática o pie de Charcot.
La artropatía neuropatíca es conocida también como pie de Charcot en reconocimiento Jean-Marie Charcot, el primero en describir dicha neuropatía crónica y degenerativa. La artropatía neuropática es resultante de diferentes neuropatías periféricas siendo la neuropatía diabética la causa principal.
El pie de Charcot se caracteriza por eritema o enrojecimiento de la piel, inflamación aguda localizada con debilidad ósea que conlleva esguinces, así como destrucción ósea, subluxación y deformidad del pie o incluso tobillo. Todo ello es consecuencia de diversos factores tales como la diabetes, la neuropatía sensitivo-motora, la neuropatía autonómica y los trastornos metabólicos óseos.
El pie de Charcot presenta una inflamación o edema generalizado del pie junto a un reflejo vascular neural que comporta una vasodilatación permanente con la consiguiente reabsorción activa del tejido óseo por pérdida de la inervación simpática.
Esta vasodilatación continua, provoca una característica primordial del pie de Charcot que es el aumento de la temperatura cutánea.
Aunque en fases agudas el paciente afecto de artropatía neuropática puede referir dolor, la mayoría de ocasiones suele estar disminuido. La neuropatía sensorial periférica junto a la disminución del dolor son determinantes en el pie de Charcot.
La remodelación ósea con aparición de prominencias óseas junto a la falta de sensibilidad, es un riesgo elevadísimo de formación de formación de lesiones en el pie o tobillo y, en consecuencia, infecciones superficiales o profundas de dichas lesiones pudiendo llegar a amputaciones. Las deformidades óseas más frecuentes son digitales, aplanamiento del pie o incluso remodelación ósea del pie en forma de mecedora en fases tardías.
La neuropatía es una característica típica del pie de Charcot siendo la diabetes una causa determinante de la neuropatía.
El 80% de diabéticos que padecen la artropatía neuropática están diagnosticadas de diabetes en periodos superiores a los diez años y muchos de ellos están mal controlados.
Otros factores que favorecen dicha neuropatía son el alcoholismo, los traumatismos, la siringomielia, el Parkinson, el VIH, la enfermedad de Hansen o las enfermedades reumáticas.
El paciente suele notar cambios estructurales del pie e incluso crepitaciones de los huesos al deambular.
Eichenholtz clasifica la artropatía neuropática en 3 etapas:
- a) Etapa I: Desarrollo de la artropatía. Destrucción y fragmentación ósea con hiperemia y cambios tróficos cutáneos. Pie está tumefacto y caliente.
- b) Etapa II: Coalescencia. Inicio de la reparación ósea así como desaparición progresiva de algunos síntomas (rubor, edema y calor).
- c) Etapa III: Consolidación ósea con deformidad residual.
Para obtener el diagnóstico certero, puede utilizarse la radiografía con el fin de visualizar fracturas o subluxaciones, calcificación de arterias y reducción del ángulo de inclinación del calcáneo en etapas avanzadas. Los cambios del pie de Charcot a nivel radiológico son tardíos por lo que se recomienda la Resonancia Magnética para detectar cambios mínimos en etapas tempranas. No hay que olvidar la importancia de la historia clínica, la exploración física y los exámenes de laboratorio.
El tratamiento conservador se orienta a reducir el edema del pie y prevenir posibles fracturas. El edema y el aumento de la temperatura se reducen mediante la inmovilización con yeso completo durante 18 semanas mínimo que debe ser reemplazado periódicamente hasta igualar la temperatura de ambos pies. Pasada esta fase, se utilizan ortesis y férulas de descarga y calzado adecuado durante la deambulación en función de los diferentes grados de afectación.
El tratamiento quirúrgico debe realizarse como corrector de deformidades sobretodo de la articulación del tobillo, desarticulación u osteomielitis.
La cirugía no debe usarse en fases agudas del pie de Charcot. El objetivo quirúrgico es el uso de injertos óseos y artrodesis con el fin de estabilizar y restaurar la posición y funcionalidad previniendo posteriores destrucciones óseas.
Pie de Charcot. Obsérvese la pronación ósea del arco externo plantar.
El pie de Charcot provoca graves cambios del apoyo plantar.
Radiografía de perfil del pie de Charcot. Obsérvese la imagen en mecedora.
Radiografía dorsoplantar. Obsérvese la afectación en el pie izquierdo.
Complicación del pie de Charcot. Úlcera plantar.
Complicación del pie de Charcot. Úlcera plantar con osteomielitis.
Afectación del 5º metatarsiano en el pie de Charcot. Obsérvese la remodelación ósea que sufrió el 4º dedo.
Complicación del pie de Charcot. Úlcera plantar.
Soporte plantar de descarga.
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