La cirugía es recomendable en los casos que el osteoma provoca molestias, o bien cuando provoca deformidades estéticas como suelen ser los osteomas subungueales (recordemos que en muchas ocasiones son pacientes jóvenes). Lo más importante en este tipo de cirugía, es legrar la superficie ósea una vez se ha extirpado el osteoma para evitar el riesgo de recidiva. Es básico realizar esta cirugía con apoyo radiográfico para asegurarnos del correcto raspado óseo antes de dar por finalizada la intervención y, obviamente, remitir la tumoración extirpada a anatomía patológica para confirmar plenamente el diagnóstico.
A partir de uno de mis casos, os describiré esquemáticamente los pasos a seguir en este tipo de cirugías.