Quiste sinovial o Ganglión: Causas, síntomas y tratamiento.
Definimos el quiste sinovial, también conocido como ganglión, como una masa redondeada definida situada próxima a una articulación. Son tumoraciones benignas redondas u ovaladas cuyo interior contiene un líquido mucoide gelatinoso. Suelen ser asintomáticos y de tamaño variable, pudiendo aumentar en el tiempo por el movimiento de la articulación adyacente.
Los pacientes pueden presentar dolor, sensibilidad, debilidad (exacerbadas con el movimiento) e incomodidad a nivel estético. La sintomatología aparece cuando el ganglión presiona un nervio aledaño u otras estructuras, presentando así entumecimiento, hormigueo, dolor o debilidad muscular.
Aunque la etiología de la aparición del quiste sinovial es desconocida, se cree que surgen de microtraumatismos repetitivos que dan lugar a la degeneración mucinosa del tejido conectivo surge des revestimiento de un tendón o una articulación. Esto ocurre ya que dichas lesiones repetitivas en las estructuras capsulares y ligamentosas de soporte parecen estimular a los fibroblastos para que produzcan ácido hialurónico, que se acumula para producir el material «gelatinoso» de mucina mencionado.
Los quistes ganglionares representan entre el 60% y el 70% de las masas de tejidos blandos que se encuentran en la mano y la muñeca, también los localizamos en rodillas y pies. Aunque pueden formarse a cualquier edad, se encuentran con mayor frecuencia en mujeres de entre 20 y 50 años. Las mujeres tienen tres veces más probabilidades de desarrollar un quiste ganglionar que los hombres. Estos quistes también se encuentran con frecuencia entre los gimnastas, probablemente secundarios a traumatismos repetitivos y estrés de la articulación de la muñeca.
Entre los posibles factores de riesgo cabe destacar su incidencia en personas con osteoartritis por desgaste en las articulaciones, sobretodo de los dedos, así como articulaciones o tendones que han sufrido una lesión.
Las pruebas por imagen como ecografías, resonancias magnéticas o radiografía nos ayudan a confirmar el diagnóstico y descartar otras patologías de características similares.
Como hemos comentado, los quistes sinoviales no suelen precisar tratamiento, de hecho pueden remitir espontáneamente, pero en los casos en los que haya aumento del tamaño, dolor u otra sintomatología se iniciará tratamiento conservador, es decir la inmovilización mediante férulas o yeso de la articulación de durada determinada para la reducción del ganglión. Si esto no funciona, realizaremos tratamiento invasivo drenando el contenido del interior del quiste mediante punción. En algunos casos puede haber recidivas.
Por lo tanto, la escisión quirúrgica del quiste sinovial suele ser el tratamiento de elección pero para ello es crucial conocer en profundidad la anatomía subyacente para evitar lesionar las estructuras neurovasculares cercanas al quiste. Ningún tratamiento garantiza que no vuelva a aparecer.
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