Las úlceras son lesiones deprimidas que aparecen en los pies con afectación variable, que pueden llegar desde la capa más superficial de la piel (epidermis)hasta estructuras óseas en un proceso necrótico y con una característica común, la dificultad de cicatrización o cura espontánea.
Clasificación según su etiopatogenia:
– Úlcera neuropática (45-60%).
– Úlcera neuroisquémica (40 – 55%).
– Úlcera isquémica:
• Obstrucción arterial crónica (arteriosclerosis) 90 -95%.
• Tromboangeitis obliterante (Enf. de Buerger) 5%.
• Enfermedades vasoespásticas (Enf. de Raynaud) 10%.
– Úlcera infectada. (Neuropática o neuroisquémica) (celulitis, infección necrotizante y osteomielitis).
Grupos de riesgo
– Antecedentes de ulceraciones previas.
– Con neuropatía periférica.
– Con enfermedad vascular isquémica.
– Con deformidades óseas a cirugías preventivas
– Antecedentes de alcoholismo.
– Con aislamiento social.
Tipos de úlceras
– Úlceras vasculares: Constituyen soluciones de continuidad con pérdidas de sustancias epitelio-conjuntivas, debidas a un proceso tisular patológico de origen vascular y de evolución crónica Dos tipos: isquémicas o arteriales estásicas o venosas. Son siempre resultado de una patología vascular, de carácter crónico y recidivante. Las venosas o de estasis son las más frecuentes, representan entre 60 y 80 %. Las arteriales representan entre el 10 y 25% aunque pueden ser mixtas. Las venosas son más frecuentes en mujeres y las arteriales en hombres.
• Factores de riesgo: tabaco, diabetes, hipertensión, obesidad sedentarismo
• La clínica de las úlceras venosas incluye aparición en región supramaleolar interna; de tamaño variable, pueden ser únicas o múltiples; de formas redondeadas u ovaladas; con bordes suaves, algo elevados, color rojo violáceo y brillante; el fondo tiene distintas características depende del estado de la úlcera puede ser rojo o amarillo o presentar secreción purulenta. Dolor moderado o inexistente, cuando aparece es a causa de la infección.
– La clínica de las úlceras arteriales en cambio incluye dolor producido por la isquemia y por la úlcera, lacerante y bien localizado, exacerbado por vendajes y el decúbito. Se alivia con pierna posición pendulante; frialdad por disminución del aporte sanguíneo; palidez que al pasar el tiempo evoluciona a cianosis; claudicación intermitente, dolor muscular; impotencia funcional; oclusión arterial aguda por obstrucción brusca y ausencia de pulso. La localización de la úlcera se sitúa entre los dedos de los pies o en la punta de estos, cabezas articulares de las falanges, talón, maléolo externo. En diabéticos zona de cabezas metatarsales, planta del pie. Las características de la úlcera son el tamaño pequeño, bordes bien definidos, gran profundidad donde se puede ver el hueso, tejido negruzco o necrótico sin hemorragias, ya que son secas. Existen cambios asociados en la pierna o pie como piel delgada, brillante y seca, uñas engrosadas, ausencia de vello, variaciones de temperatura, palidez, edema periulceroso.
– Úlceras neuropáticas: producidas por un déficit de sensibilidad que producirá la ulceración en puntos de fricción o deformación de pie. Se localiza en cualquier punto en la planta del pie, donde haya una presión extrínseca mantenida. Son ulceraciones de forma redonda que presentan hiperqueratosis periulcerales. Son indoloras.
– Úlceras por presión: Son zonas localizadas de necrosis que tienden a aparecer cuando el tejido blando está comprimido entre dos planos. La presión normal en los capilares cutáneos oscila entre 16-33mm Hg, cuando el peso excede a dicha presión se presenta isquemia local y erosión de la pie produciéndose la úlcera. Los factores de riesgo que favorecen su aparición son lesiones cutáneas; trastornos en el transporte de oxígeno; deficiencias nutricionales; trastornos inmunológicos; alteraciones del estado de conciencia; deficiencias motoras y deficiencias sensoriales
• Su etiopatogenia incluye:
• Presión: Es una fuerza que actúa perpendicular a la piel como consecuencia de la gravedad, provocando un aplastamiento entre dos planos.
• Fricción: Es una fuerza tangencial que actúa paralelamente a la piel, produciéndose roces, por movimientos o arrastres.
• Fuerza de pinzamiento vascular: Combina los efectos de presión y fricción.
Tratamiento:
El tratamiento es multidisciplinar, prolongado y difícil, por lo que será fundamental establecer un diagnóstico diferencial entre los distintos tipos de úlceras. La cura local debe ir acompañada de la corrección de la causa productora, crucial en la curación, así como en evitar la recidiva (plantillas de descarga). Es muy necesario mantener bien limpia e hidratada la piel perilesional. Debemos evitar el abuso de antisépticos agresivos sobre la piel ya que la resecan mucho.